domingo, 6 de enero de 2013

Boxeandole a la vida.


-Uno, dos…
Caí, ni siquiera estoy entre las cuerdas, estoy en la lona.
-Tres, cuatro…
Lo perdí todo, en cuestión de segundos.
Jamás pensé en caer, jamás. Estaba invicto, pero todo lo que sube, lamentablemente, tiene que bajar.
Yo subí bastante alto, o debería decir mejor, la fama se subió a mi cabeza y de alguna manera no me dejo pensar en lo que hacia.
Los demás boxeadores tenían razón al decir que de todas las peleas, la pelea contra la vida seria la única en la que si importaría ganar, que las demás serian solo basura. Pues, aun que las demás fueran solo basuras, igual las gané.
¡Que tonto fui!, me confíe demasiado, pensaba que la pelea contra la vida seria como las demás, como todas las basuras que gané. Pero no es así, estuve equivocado, la vida golpea, y golpea mucho más fuerte que cualquier boxeador con el que haya peleado.
En un momento me creí invencible, o algo por el estilo, pero ¿De que servía ser invencible si al fin y al cabo la pelea mas importante de todas la perdería?
La fama, el dinero, el poder de estar primero en todos los podios se había apoderado de mí, el salir por la calle, dar fotos y autógrafos a la gente que me seguía, me hacia sentir mucho más importante, invencible.
Era aquel boxeador que estaba en la boca de todos, era aquel boxeador que se había echo desde abajo, pero que ahora estaba arriba, era conocido, era famoso.
Pero muy en el fondo era aquel boxeador que se había olvidado de sus principios, que estaba cegado, que se olvido de cómo y donde se crío.
Pero ya se los conté, la vida golpea y muy fuerte.
Con el tiempo, fui olvidándome también, que tenia una esposa y dos hermosos hijos. Me olvide que ellos lo eran todo, los cambie.
Los cambie por la fama y el dinero, pero el cambio no fue por siempre, no solo los cambie, sino que también los perdí.
Luego llego la perdida de un titán, de la figura más grande que existía para mí, la muerte de mi padre. Aquel hombre que me había enseñado lo hermoso que era el boxeo, que era mucho más hermoso tener el respeto de todos, que la fama y el dinero. Pero, ¿Saben que?, También lo cambie.
La vida me dio unos pocos golpes hasta ahora, y casi me deja knockout, me dejo entre las cuerdas, me hizo tambalear, me hizo tropezar, me hizo tocar la lona y hasta me lastimó.
-Cinco, seis…
No importa cuantas veces caiga, no importa cuantas veces me golpee, voy a levantarme y a pelear.
Voy a pelear cada round, como si fuese el ultimo, voy a hacer lo que mejor se hacer, lo que mi padre me enseño, boxear y sacarle el respeto a esta vida.
La vida me golpeo varias veces, los golpes, hicieron que vea todo lo que perdí, y todo lo que gane, y hoy, prefiero pelear por lo que perdí, antes de quedarme con lo que gane.
La fama no vale nada.
-Siete, och- ¡LA PELEA CONTINUA!

1 comentario:

  1. prefiero pelear por lo que perdí, antes de quedarme con lo que gane.
    la mejor frase, lejos!

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