lunes, 31 de diciembre de 2012

El destino de Finx.


Solo le pedí a la corte de Maidana, tres días para poder cambiarle el carácter a Finx, solo tres días y prometí que si lo lograba yo cuidaría de el, en caso contrario, estaría dispuesto a que lo maten.
Nadie sabe muy bien como fue que Finx apareció en Maidana, pero una mañana casi destroza toda la ciudad, por suerte pudieron atraparlo.
Cadenas por aquí, cadenas por allá, el pobre quedo en una gran jaula encerrado. ¿Su destino después de eso? La gran corte había tomado la decisión de matarlo, pues, era un dragón sin dueño y al parecer sin un lugar a donde ir.
Los grandes caballeros tenían dragones para enfrentar las distintas batallas, fue ahí cuando tuve la gran idea de... ¿Domar o dominar? Bueno, la idea de cambiar a Finx, de cambiar su mal comportamiento, por el de un dragón real. Fue entonces cuando pedí los tres días a la gran corte.
El primer día, fue nuestro primer contacto, decidí que nadie me acompañase, abrí el gran candado de la jaula, me miro con sus ojos rojos y abrió sus grandes alas, me asustó, tanto, que retrocedí dejando la puerta de la jaula sin candado. Trato de escapar, pero atine a decirle “¡NO!”, retrocedió y largo un gran gemido, otra vez logro hacer que retrocediera, pero no tanto como la primera vez. “Te dije que no”, le dije, y retrocedió. En ningún momento dejamos de mirarnos a los ojos. Sus ojos eran rojos, como el fuego, rojos, muy rojos. Sin miedo, atraído por su mirada, decidí acercarme, amago a abrir sus grandes alas de nuevo, pero no lo hizo, extendí mi mano hasta su cabeza y logre tocar su hermosa piel de color oscuro. Cerré la jaula, y me fui sin  más.
El segundo día, cargue en mi bolso un gran trozo de carne y fui nuevamente solo hasta la jaula, la abrí y me metí sin miedo alguno, me miro, levanto sus garras, y las volvió a poner en el suelo, sabia que no iba a lastimarme. Extendí mi mano y lo acaricie, nunca creí que iba a dejarse querer de esa manera, saque la carne que llevaba en mi bolso y se la di, comió con ansia, parecía tener hambre. “Esto es carne de animales, y te prometo, si te seguís portando así conmigo, te esperan grandes manjares reales mi dragón” le dije.
Lo acaricie por un largo tiempo, fue así que descubrí en su cuello un pequeño grabado con tinta, su nombre, FINX.
Se agacho, como haciendo una clemencia hacia mí, fue cuando aproveche y acaricie su lomo. “Subí” escuche una voz en mi interior. Cuentan, los grandes caballeros, que el lazo que tienen con sus dragones es tan fuerte, que se comunican telepáticamente con estos, en ese momento, no podía creer lo que estaba pasando, tenía un lazo con Finx, un lazo ya bastante fuerte.
Me subí a su lomo, y nuevamente escuche una voz en mi interior, “Esto es recién el comienzo mi caballero, usted sin conocerme me demostró un gran respeto hacia mi, como nunca nadie lo había echo, pero recuerde que solo es el comienzo…”, y se levanto tirándome al piso de su lomo.
Quedaba un día, un día para decidir el destino de Finx.
Fui hasta la jaula el tercer día y la abrí de puerta a puerta, confié, en que si realmente había construido un gran lazo entre Finx y yo, este no se escaparía y se quedaría a mi lado para combatir en grandes batallas, para volar por la ciudad libre sin que nadie quisiera atraparlo, para convertirse en un dragón real. Salio de la jaula, abrió sus grandes alas y se fue. Pensé que todo había sido en vano, que nada sirvió, que iban a atraparlo y matarlo como se había dicho en un principio.
Me quede mirando el horizonte desde la torre donde estaba la jaula de Finx pensando que seria de el. Escuche un fuerte ruido detrás de mí, me di media vuelta, y ahí estaba el. Finx, había vuelto, pero no estaba como yo lo conocí, llevaba una gran armadura dorada, y se agacho nuevamente ante mí como lo hizo anteriormente.
Me subí a su lomo, y me dijo “No pensaba dejarte, solo necesitaba mi armadura, jamás antes usada, ya que jamás pensé que iba a ser el dragón de caballero como vos”, “Volemos hasta la corte” fue lo único que le dije.
Volé encima de Finx, era increíble, una sensación que jamás podré describir. Llegamos a la corte, y demostré a todos que pude cambiar a Finx.
Aquel dragón que llego destruyendo Maidana ya no era el mismo, ya no la destruiría, pelearía para ella.
Finx ya no era un dragón sin dueño, ya no era un dragón sin un lugar a donde ir, su lugar era Maidana, Finx era mi dragón, con el que pelearía en grandes batallas, con el que volaría por cualquier lugar, su destino era estar a mi lado, Finx logro ser mío.

viernes, 28 de diciembre de 2012

La botellita de cristal.


Navegábamos día y noche, pero una mañana vimos que flotando en el agua había una pequeña botella.
Grite a mi tripulación que iríamos tras ella. Cuando nos acercamos, era tan solo una pequeña botella de Ron.
Justo en el momento en el que iba a arrojarla nuevamente en el mar, me percate de que dentro de la botellita había un trozo de papel. Lo saque y el papel contenía dos cosas, una pequeña nota y un mapa.
En la nota decía “Mi tripulación y yo, lamentablemente nos hundimos con todos nuestros tesoros y pertenencias en el punto marcado en el mapa adjunto”.
En el mapa, se mostraba una “X” en el lugar donde el barco de este hombre se había hundido. El lugar no estaba tan lejos de donde nosotros estábamos.
Mostré las cosas a mi oficial de mayor confianza, y le pregunte si tendríamos que ir hasta allí, el respondió que seria lo mejor, había tesoros en el medio.
Fuimos hasta el punto señalado en el mapa, mande a los mejores buzos hasta el fondo del mar, para que traigan los tesoros, pero no encontraron más que una botella de hierro.
Dentro de la botella de hierro había otro trozo de papel, este decía: “Perdón por la broma que le eh hecho, no hay ninguna tripulación, ni ningún tesoro, esto le servirá de lección para próxima. De todas formas para recompensar el viaje que ha realizado hasta acá, debajo de donde encontró flotando la botellita de cristal, hay una caja con dinero para recompensarlo por haber venido, sin más que decir, me despido”.
Me invadía una gran ira, habíamos caído en un truco tan tonto.
Fuimos hasta donde encontramos la botellita de cristal, encontramos el dinero, pero jamás volveremos a confiar en un trozo de papel encontrado en una simple botella de cristal.

Esto fue escrito y basado a partir del relato "La botellita de cristal" de H. P. Lovecraft.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Ángeles caídos.


Caía, caía y caía en lo profundo, no podía volar, ya no tenia alas.
Desperté en una habitación, en ella se encontraba un pequeño aparato encendido, le llamaban “Tele”. No me desespere y camine hacia la puerta, la abrí y había un pasillo, muy largo y con varias puertas, supuse que todas eran diferentes habitaciones como en la que me encontraba yo. Al final del pasillo, me encontré con una anciana, de unos setenta años, me preguntó como estaba, era increíble la paz que tenía esa señora en su interior. Le conteste que estaba bien, que tenia un poco de dolor de cabeza, me dio una pastilla, creo que se llamaba “Aspirina” o algo así, lo bueno es que eso termino con el terrible dolor de cabeza que tenia.
Acto seguido, le pregunte que me había pasado, a penas y recordaba lo sucedido. Me dijo que caí en su patio, con gran fuerza. Creyó que estaba muerto, pero cuando se acerco, se dio cuenta de que no era así, solo estaba inconsciente, me llevo hasta su casa, y me acomodo en una de sus habitaciones.
“¿Muerto?, ¿Cómo iba a morir?, ¡Los ángeles no podemos morir!” La anciana largo una carcajada, y dijo que el golpe si me había afectado.
“Mis alas, ¿Acaso no ves mis alas?, ¡Los humanos no tienen alas!” Se río nuevamente, y me dijo que vaya a acostarme, que parecía no estar bien.
Salí afuera bruscamente, en busca de libertad, de poder volar, de volver a los cielos otra vez. Pero era inútil, en mi espalda ya no estaban mis hermosas alas, ya no las tenía, no podía volar, no pude entenderlo. Lo único que hice, fue arrodillarme, mirar hacia el cielo, y largarme a llorar.
En mi llanto, llego un pequeño pájaro y se poso en mi hombro. “¿No lo entiendes?, ¿Fue muy fuerte el golpe?” Me dijo al oído. No entendía nada de lo que pasaba, por esa razón le pedí una explicación. No tenia mis alas, pero aun podía hablar con todo ser vivo, eso, al menos, me daba una gran ventaja entre los humanos.
El pajarito, me explico y yo recordaba a penas, lo que había sucedido.
Fui engañado, engañado por mi hermano. Yo solía ser un juez allá arriba, pero no cualquier juez, un juez que tomaba grandes decisiones. Mi hermano era culpable, y lo hice pasar por inocente. ¡Yo lo sabia!, ¡Sabia que era culpable! Pero aun así, decidí hacer que nada paso. Pero por más que quiera engañar al padre de todos los ángeles, no pude.
El pajarito, me dijo que ya no iba a poder hablar ni con el, ni con nadie, ya no era un ángel. Era un simple humano.
Mi padre me condeno a estar en la tierra en resto de mi vida, ¡Fui tan tonto!, ¡Tonto y bueno!
No entendía como iba a hacer para vivir en este lugar, mirara donde mirara, había un humando cometiendo un pecado, y sin embargo, no voy a poder vivir yo sin cometer uno de ellos.
Sigo siendo tan bueno y tonto, que van a engañarme aquí también, van a engañarme una y otra vez, “No puedo evitar llorar, es la única manera de descargarme, ahora solo soy un humano” Pensaba, mientras se me caían un par de lágrimas.
Justo en ese momento la anciana toco mi hombro, y con una sonrisa en su rostro me dijo: “Por un motivo o por otro, varios somos los que hemos caído aquí, quizás por ser buenos y tontos, por crédulos, por desobedecer ordenes, en fin, eso no importa. Te juro joven ángel, que no es una condena del todo mala, existen humanos que son como nosotros, y es verdad, aquí no se puede vivir sin cometer un solo pecado, pero hay humanos, que son como ángeles, que están aquí sin alas, sin poder hablar con animales, sin armaduras de oro, o cosas por el estilo, es verdad también, que existen ángeles malvados, o demonios que viven en pecado constamente, que viven su vida como una basura. Joven ángel, solo tienes un poder en la tierra, y es el poder de elegir el camino correcto en este lugar.”
Y no se equivoco, con el tiempo fui entendiendo que la tierra no es un lugar malo, ni tampoco bueno, que también existen ángeles y demonios en ella.
Solo tienes que elegir el camino correcto.

sábado, 8 de diciembre de 2012

20 de Septiembre y el verano.


A partir del verano, cerca de la medianoche, se empieza a escuchar el sonido de sus pies arrastrándose, camina de un lado al otro, por todo 20 de septiembre, esa calle que alberga el pequeño centro de la ciudad de Rafael Calzada. A partir del verano, el empieza a habitarla. Busca a sus victimas a partir de la medianoche, siempre en verano.
¿Por qué en verano?, la razón es muy simple, la mayoría de los jóvenes terminan con sus estudios y comienzan sus vacaciones, empiezan a salir por las noches, adolescentes, carne fresca.
Las pocas personas que lo vieron, dicen, y todas coinciden, en que siempre esta vestido de traje, todo de negro y una simple corbata blanca, lleva un sombrero bastante elegante también, y sus zapatos siempre brillan de lo relucientes que están, lo único malo de estos, son sus suelas, que están ya desgastadas por que arrastra sus pies al caminar.
También dicen que camina bastante lento, como haciendo tiempo, ¿Hacer tiempo para que?, quien sabe, quizás para que la noche se pase más lenta y caigan más victimas en su trampa, pero realmente no lo sé. Camina lento, cuando nadie esta cerca, pero cuando alguna víctima se acerca, suele caminar más rápido para poder alcanzar a esta, siempre ataca a las espaldas de uno.
Los habitantes de Rafael Calzada, lo han llamado “Tenues”, que en latín significa delgado, creo que no hace falta saber por que el nombre, es más que obvio que Tenues es bastante delgado, y cuando digo bastante, es exageradamente.
Por las noches, los vecinos que viven cerca de la calle que Tenues suele habitar por las noches, dicen que se escucha el fuerte sonido de sus zapatos arrastrándose, pero que va, ya están acostumbrados a ese ruido, tan acostumbrados como los vecinos que viven cerca de la estación de trenes y no dicen nada por el ruido de este.
No sabría decirles muy bien, que les hace Tenues a sus victimas, ya que, lamentablemente, ninguna de estas ha salido con vida. Muchos dicen, que Tenues les saca el alma, y su cuerpo de desvanece poco a poco, de esta forma no quedan rastros de ellos. Otros, dicen que este, se los lleva a un lugar donde nadie puede salir, y que de a poco los va asesinando. Pero ya les digo, no podría decirles que es lo que sucede con ellos, simplemente desaparecen.
Creo que ya dije, que nadie sabe como fue que Tenues apareció allí, pero ahí esta. Desde que ronda la tranquila calle de Rafael calzada, cada vez son más los adolescentes que desaparecen, sus cuerpos no aparecen, nadie sabe que pasó con ellos, solo que Tenues se los llevó.
20 de Septiembre no es lo mismo, el la habita, el camina por cada centímetro de la calle, arrastra a sus pies, busca a sus victimas de esquina a esquina, por lo general adolescentes.
Cada noche que salgo, intento no pasar por la calle que Tenues habita, no quiero ser una víctima más, no quiero perder mi alma o ser asesinado, no quiero caer en sus manos.
Siempre que pases por 20 de Septiembre, recuerda, que el ruido que escuchás, no es nada de otro mundo, ni mucho menos, es tu imaginación, son los pies de Tenues arrastrándose, son los pies de Tenues, que esta detrás tuyo...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Asesino a sueldo.


No es nada fácil hacer este trabajo. Es bastante difícil alimentar a una familia con él, debes ser bastante cuidadoso a la hora de hacerlo.
La mayoría de las veces, cuando la gente suele pedir mis servicios, escucho de sus labios la frase “Que parezca un accidente”. Muchas de las personas que suelen contratarme, lo hacen para poder adelantar alguna herencia, o algo por el estilo, ya saben, esas cosas que no pueden conseguir por que la persona que lo posee aun sigue viva.
La primera vez que mate fue a los dieciséis años de edad. Caminaba por un callejón, era tarde, volvía a casa solo, cuando de la nada salio aquel hombre, que con un arma en mi torso dijo: “Dame todo lo que tengas o disparo”, me resistí, amagamos por un rato con el arma, cuando pude sacársela, disparé. Minutos después se largo una gran tormenta, arrojé el arma y corrí. Varios pensamientos pasaron por mi mente luego de ese suceso, había matado a un hombre, pero no tenia miedo, no, no sentía miedo, tampoco sentía culpa, era como si nada hubiese pasado esa noche.
A los veintiún años de edad, trabaje con el hombre que seria mi maestro, no recuerdo como lo conocí, pero ahí estaba, convirtiéndome en un asesino profesional. Aprendí todo, todo lo que un asesino necesita, todas las formas de matar a alguien. Las armas, los métodos, era como un curso, o un estudio más, pero era distinto, estaba preparado para esto.
La principal característica que se debe tener para cumplir las tareas de un asesino, es la frialdad. Es no sentir nada luego de haber matado a alguien, por más que sea un niño, no se debe sentir nada de culpa.
Mi primer trabajo me lo dio mi maestro. Debía ir hasta la calle Fake 321 y matar a una anciana, su hijo era un maldito ambicioso que lo único que quería era su dinero, por eso nos había llamado. Toque el timbre y le dije a la anciana que era un amigo de su hijo, se lo había creído. A penas abrió la puerta, le tape la boca para que no pudiese hablar, saque un cuchillo y ¡Zas!, le corte la garganta. Fue fácil, había logrado ya mi primer sueldo.
Las cosas que pasan dentro de uno cuando realiza este trabajo son bastantes. Por mi parte me gusta hacer las cosas rápidas, ya saben, matar de un solo golpe, creo que eso hace que varias personas me contraten, les gusta la rapidez. Nunca sentí culpa, jamás la sentí. Muchas veces me pasa, que no entiendo como las personas de este mundo pueden ser tan egoístas, ¿Matar a sus seres queridos por un poco de dinero?, realmente no los entiendo.
A los veinticinco, deje a mi maestro de lado y empecé con mi propia “Agencia”, si es así como se puede llamar al lugar donde uno va y dice “Hola, quiero contratar un asesino.”, en fin, mi propio trabajo.
Los primeros meses, no frecuentaba tantos llamados, pero luego, mi teléfono empezaba a sonar más seguido, hacia muy bien los trabajos y las personas se pasaban mi numero cuando necesitaban mis servicios.
Para mi familia, soy un ayudante que trabaja en un bar por las noches, no puedo decirles que soy un asesino, no puedo decirles que cada noche salgo a matar gente, no seria bueno. Muchas veces eh pensado en dejarlo, para poder estar con ellos, quizás conseguir un trabajo decente y bueno, no ser un asesino, pero creo que si lo dejo, es como que una parte de mi moriría, estaría asesinando al asesino que tengo dentro mío.
No sé si es un trabajo que me guste, pero puedo hacerlo sin ningún problema, no me quejo por matar gente, no me impresiona, ni nada por el estilo, perdí la sensibilidad hace tiempo.
Muchas veces siento que soy como un ángel, me deshago del nombre asesino, y lo cambio por el de ángel. ¿Un ángel a sueldo?, no sé, pero realmente lo siento, siento que puedo controlar el tiempo de vida de mis victimas, matarlas el día que yo desee, arrebatarles su vida de un simple cuchillazo, balazo, o simplemente estrangulándolos.
Pero luego de pensar me doy cuenta de que no es así, me preparé, me entrené, digamos que estudie para ser esto, me gusta matar, soy frío, casi y no tengo sentimientos, creo que a ellos también los asesine, pero no importa, sin dudas eso soy y siempre lo seré.
No soy un ángel, solo soy un asesino a sueldo.

domingo, 25 de noviembre de 2012

El reloj de plata.


Y estoy escribiendo esto, en una antigua maquina de escribir, por que ya sinceramente, no sé ni en que época estoy.
Pensaba que los viajes en el tiempo, serian una gran escapatoria a la rutina, pero no fue así, me equivoque.
La primera vez, fue rara. Pero me acuerdo que pude volver todo a la normalidad, cosa que con las demás veces, no sucedió. Apoye el pequeño reloj de plata en mi pecho, no recuerdo muy bien que pensé aquella primera vez, cerré mis ojos con fuerza, los volví a abrir y allí estaba. No noté ningún cambio, pero, ¿Qué hacia ese sandwich encima de la mesa?, se parecía al que comí hace unos dos días atrás, y exactamente yo volvería a buscarlo en unos minutos, me escondí, y ahí me vi, era yo, ¡Un yo del pasado!. Me acerque para hablarme a mi mismo, pero lamentablemente, el tiempo no me permitió hacerlo, quizás en otras historias si suceda, pero en esta no. A penas me acerque, el tiempo, por así decirlo, me pateo y me volvió al tiempo actual.
Estaba tan sorprendido, ¡Había vuelto al pasado!, dos días atrás, ¿Luego que vendría?, ¿Un mes atrás?, ¿Años?, pensar que ese pequeño reloj de plata que encontré en la desocupada casa de mi abuelo, el cual pensaba vender, por que este era de 1885 y pagarían bastante por el, podría hacerme viajar en el tiempo, me hacia pensar millones de cosas que haría con el, podría arreglar tantos errores y tener la vida que siempre quise tener, pero lamentablemente, no fue así.
Con el tiempo aprendí a usarlo, debía apoyarlo en mi pecho, pensar en la época a la cual quería viajar, imaginar un lugar apacible, cerrar los ojos y luego abrirlos. ¿Parece bastante simple verdad?, pues déjenme decirles, que no lo fue. Apoyar el reloj en mi pecho era fácil, pensar una época era fácil, cerrar los ojos y luego abrirlos también, pero, ¿Imaginar?, a veces es tan difícil. Aparte, si no imaginaba un lugar apacible, podría terminar en cualquier lado, como en aquella calle tan transitada de Londres, donde casi me pisa uno de esos grandes autobuses, ya saben, esos para los turistas. En fin, imaginar no es fácil, se me hacia bastante difícil viajar al futuro, lo hice muy pocas veces, tenia que imaginar todo como nuevo, como yo quisiera, y allí estaba, difícil.
Era más fácil viajar al pasado, lo único que debía hacer era no cruzarme conmigo mismo, por que si eso pasaba ¡PUM!, se acababa el viaje y terminaba otra vez en la actualidad. Muchas veces me confundía con la actualidad, era rara, había perdido la noción del tiempo, ni yo mismo sabia como era el tiempo actual.
En fin, mi objetivo no era más que el de cualquier persona que quisiera viajar al pasado, ya saben, arreglar un par de cositas para sacarle un poquitito de provecho a la vida.
Viaje tras viaje iba arreglando todos mis errores, pero desde que arregle aquel primer error, al año siguiente, a pesar de que la mayoría de las cosas salían bien, había nuevos errores, que claro, yo no conocía. Volvía para arreglarlos y me iba. La mayor parte del día, me la pasaba viajando hacia el pasado.
Año tras año, ahí me encontraba, arreglando errores de mi pasado. Pero luego sucedió lo que no me esperaba, en mi cabeza se mezclaron varias cosas y termine en el año 1835, jamás espere terminar aquí, primero busqué a mi otro yo para que el tiempo me llevara automáticamente hasta la actualidad, pero, ¿Que pasó?, ¡Todavía no había nacido!, entonces cerré los ojos para intentar volver, pero no pude, el reloj se desvaneció en mi mano como si nada, simplemente desapareció, el no se crearía hasta 1885, tendría que esperar 50 años para volver a usarlo.
Y aquí me ven, escribiendo esto, les juro que pensé que seria divertido ver como podía sacarle provecho a mi vida, pero me equivoque, lo único que he hecho en estos años es dar vueltas en el tiempo arreglando errores, y así jamás disfrute mi vida, nunca me di cuenta que los errores siempre van a aparecer y no queda más alternativa que seguir adelante con ellos y de ellos realmente se saca provecho, una enseñanza.
Si pudiese volver a mi tiempo actual, después de esto, no cambiaría absolutamente nada.
Ahora aquí estoy, soy un viajero, un viajero del reloj de plata, un viajero atrapado cincuenta años en el tiempo...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Consejeros musicales, mundos sin conocer.


Es todo un mundo sin conocer. Siempre que camino por las calles, veo a toda la gente llevando sus auriculares, y siempre en mi cabeza pasa la misma pregunta “¿Qué estarán escuchando?"
Dentro de ellos, sin dudas hay millones de melodías, cada quien tiene una melodía especial, esa melodía que por así decirlo, nos vuela la cabeza.
Vuelvo a repetir, cada persona, en ese sentido, es todo un mundo sin conocer. En sus auriculares, más bien en sus mp3’s, en sus celulares, o todo aparato que tenga música en su interior, existen esos consejeros, que valen mucho más que una terapia, esos que con solo escucharlos, pueden solucionar millones de problemas.
¿Quién no tiene esa canción que cuando esta deprimido suele subirle el animo hasta las nubes?, creo que todos tenemos al menos una, en mi caso es Piscis de Attaque 77, pero no va al tema. Todos tenemos esa canción que nos deja un mensaje, ojo, eso esta en cada uno, es obvio que cada quien va a escuchar la melodía de una forma distinta a la del otro, y sin dudas, va a interpretar la letra también de una forma mucho más distinta.
Las canciones son muchas veces, para algunos, la escapatoria a otro mundo, la escapatoria a su mundo. Estas nos hacen pensar, imaginar, reflexionar, nos hacen sentir de alguna manera, libres. En nuestro mundo.
Muchas veces, solemos identificarnos en las letras o en los ritmos de las canciones. Esto para mi sucede, por que a veces sentimos cosas que no podemos expresar, y encontramos refugio en ellas, ya que no podemos encontrarlo en las personas por que sentimos ese complejo de “No van a entenderme”, entonces nos introducimos en el mundo de la música, hasta que encontramos esa canción con la que decimos “Es lo mismo que me pasa a mi” y con solo escucharla, podemos estar mejor, por que sentimos que al menos alguien, por más que sea una simple canción, entiende lo que nos pasa. Justo en ese momento empezamos a buscar más canciones del artista, y vemos que en varias nos sentimos identificados, y además de eso, nos gusta ese tipo de música, es ahí cuando nos damos cuenta que ya tenemos un consejero definitivo que no nos va a abandonar por el momento y siempre podemos contar con él.
Todos tenemos ese consejero, para algunos es el Rock, para otros el Rap, para otros la Cumbia, el Reggaeton, el Reggae, en fin, no voy a nombrar a cada uno, me quedaría sin palabras. Eso se define con el tiempo, no es algo que aparece de un día al otro. Para encontrar un consejero musical, debemos abrir nuestra mente a todo el tipo de música que exista, hasta por fin poder encontrar ESA música que nos “ayude” con nuestros problemas.
Muchas veces la música, nos hace recordar, cosas buenas, o malas, ella nos saca a flote esas cosas que creíamos olvidadas, en algunos casos es bueno, en otros es malo. Nos metemos tanto en la historia de la canción, y decimos “Esto lo viví y no quería recordarlo” que lo único que esperamos es que los minutos que dure esta, pasen rápidos ya a la próxima canción a reproducir, otras veces decimos “Esto lo viví y sin dudas, lo extrañaba” que deseamos que los minutos de la canción no pasen más, sean eternos.
Nos hacen recordar, no solo temas personales, si no que también nos pueden hacer recordar problemas de una sociedad entera, donde absolutamente TODOS nos sentimos identificados. Por ejemplo, aquella inútil canción que nos hace recordar las cosas que pasaron en la Argentina hace ya varios años, y aun que pasen millones de años, esa canción nos lo va a recordar, por que como dice “Prevenir es curar y luchar el remedio”, no nos olvidemos de las cosas más importantes que marcaron nuestra vida. Para eso también están estas consejeras, siempre va a haber algo que nos harán recordar.
En fin, creo que ya es bastante por hoy.
Es todo un mundo vivir allí, dentro de una canción, pero es lo más relajante que nos puede pasar. No te prives de escuchar esa música que tanto te gusta, no te avergüences del consejero que elegiste, es tu mundo y así va a ser.
Voy a ver como todos usan sus auriculares en las calles y preguntarme una vez más “¿Qué estarán escuchando?”, para volver a pensar, que mundo se esconde detrás de ellos…

viernes, 16 de noviembre de 2012

Solo son tropezones.


En la vida existen tropezones, no caídas.
Algunos de estos, son más pequeños, otros más grandes, pero solo son tropezones. ¿Nunca escuchaste decir “Un tropezón no es caída”?, todos alguna vez hemos escuchado a alguien decir eso.
Los tropezones, también dependen de la persona que los viva. Vuelvo a repetir, las caídas no existen.
Las personas que suelen caerse en la vida, son las más débiles, las que piensan que todo es fácil, que todo va a ser como ellos quieren, y cuando se dan cuenta de que la vida no es así, ¡Plaf!, caída al piso. ¿Caída? Si, caída, ya lo dije, las personas que caen son los débiles. Aun que, ¿Quién no se cayó a lo largo de su vida al menos una vez?
Los valientes, son aquellos que están preparados para caer, una y otra vez, y aun así, siguen levantándose, sin ningún problema, para ellos, es solo un tropezón. Siguen enfrentándose a lo que les viene, pero los valientes, también sienten miedo, ¡Todos sentimos miedo!, pero solo los verdaderos valientes, pueden seguir sin ningún problema, los valientes enfrentan al miedo, y van siempre por más. Los valientes enfrentan a sus temores cara a cara.
Existen también, valientes que han caído, se cansan, se cansan de tratar de seguir, se cansan de intentarlo una vez más, entonces, pasan a ser valientes frustrados, quienes alguna vez pelearon por lo que querían, un día dejan todo y se quedan estancados en donde están, esta si es una caída, y no cualquier caída, la caída de un valiente es triste. ¡Pensar que una vez peleaste por lo que querías, fuiste valiente y caíste, caíste en lo peor!
Los débiles, que ya cayeron, pueden levantarse, pasar a ser valientes, ¿Pero cuantos?, ¿Solo un cuarto de ellos? Quizás, pero da por hecho, que ese cuarto de nuevos valientes, no van a volver a caer, van a tropezarse, pero jamás volverán a caer.
Los valientes frustrados, ya no pueden levantarse, es una maldita realidad. Se cansaron de seguir, y sin dudas en su cabeza ronda la pregunta de “¿Para que voy a seguir?” y ellos mismos se contestan con un “¡Ya no sirve!”. De esa manera, quedan tirados en el piso, cayeron.
Los valientes, son valientes, no temen, no temen a caer, por que saben que van a poder levantarse y demostrarle a la vida que todavía van a seguir adelante, pese a los obstáculos que esta le ponga y haga que se tropiecen.
¿Qué pasa por tu cabeza después contarte esto?, ¿Cómo te imaginas a un valiente?
No, un valiente no es aquel que tiene una armadura, o un escudo para defenderse de la vida.
Un valiente es aquel que va sin cubrirse, que resiste cada golpe, cada tropezón, su debilidad son las lágrimas, su escudo, son sus ganas de seguir, no llevan armas, solo su espíritu indomable.
Algunos valientes, pueden perder a otros valientes en el camino de su vida, pero no deben caer, deben seguir adelante, demostrando que su escudo es mas fuerte que su debilidad, al fin y al cabo, ese valiente que se fue, nos da muchas más ganas de seguir que cualquier cosa. Es de valientes, poder secarse las lágrimas y ver a la vida con una gran sonrisa.
Los valientes, no están manejados por nadie, son como ya dije, espíritus indomables.
Quien esta manejado por alguien, o peor, por un objeto, ¡No puede ser un valiente!
Ustedes deben estar pensando que quien escribe esto no es valiente, ¿No? Pues si lo soy, por que pese a lo que me pase, puedo levantarme cada día y ver a la vida con una sonrisa de oreja a oreja.
Me olvidaba de decirles, que los valientes, a pesar de ser espíritus indomables, somos valientes por que podemos ponernos en el lugar de otros y a veces, hasta asumir sus problemas.
Por eso les estoy contando como somos, pero sin dudas, no existen más valientes, que aquellos que pueden hacer de los débiles, más valientes, y de los valientes frustrados, sacarle a su nombre esa ultima palabra y volverlos a hacer seguir su camino.
Solo tropezones, no caídas, las caídas no existen, solo tropezones, unos más grandes que otros, pero solo son tropezones…

sábado, 10 de noviembre de 2012

El hombre del tapado en el andén.


Calzada ya no era lo que solía ser, perdió su hermosura cuando algo extraño entró en ella.
Recuerdo que todo comenzó el veintiuno de abril de 2015, era mi último año en la secundaria, faltaban meses para irnos de viaje de egresados. Ese día recuerdo haber salido a las dos de la tarde, los horarios de las escuelas privadas pueden ser bastantes pesados, pero ya estaba acostumbrado.
Veía a todos correr de un lado para el otro, con el pasar de las horas, las tiendas se iban vaciando por causa de los saqueos que existían, no entendía que pasaba. En mi barrio, todo iba igual, nadie corría de un lado al otro, capaz algún que otro perdido, pero no más que eso.
Cuando llegue a casa, escuche decir a papá que teníamos que irnos, que no faltaba mucho para que llegaran a la casa. Todavía sin entender nada, y por más que haya preguntado miles de veces, no respondían mi pregunta, seguía sin entender. Subimos al auto, mis padres y yo, mis hermanos habían salido ya de la ciudad. Fuimos por Avenida San Martín hasta 20 de Septiembre, después de eso llegaríamos a la estación de trenes.
En el poco trayecto que teníamos hasta allá, en otro par de horas, había calles cortadas, autos prendidos fuego, todo era un caos.
Una vez que llegamos, vimos una cantidad de gente, que jamás habíamos imaginado ver en la estación, todos querían tomar el tren, irse lejos.
No había trenes. Al recibir esta noticia, todas las personas que se encontraban ahí, reaccionaron violentamente, fue en ese instante que quede solo.
Desperté en el piso, mareado. Una vez más no entendía que pasaba. Sentía un gran dolor en la cabeza, tenia sangre en ella, alguien me había pegado.
El lugar donde desperté, no era la estación de trenes, estaba en Bernardino Rivadavia, la calle estaba tranquila, desolada, no sé ni como llegue allí, estaba solo.
Fui recorriendo todo Calzada, parecía no haber nadie, parecía que el caos se había disipado, nadie, absolutamente NADIE estaba en las calles.
Fui hacia la estación de trenes otra vez, para ver si podía encontrar a mis padres, no tenia mi celular, seguramente se me cayo cuando empezaron los violentos golpes, o me lo robaron cuando caí desmayado después del golpazo que yo recibí.
En la estación tampoco había nadie, era como si algo hubiera pasado y se hubiera llevado a todos los habitantes de Rafael Calzada.
Cuando pensé que todo estaba perdido, que no tenia a donde ir, que estaba solo, pude ver, que en el anden de la estación había alguien parado, esperando algún tren que pase por ahí. Sin dudar, corrí hasta allí y le pregunte que paso, donde estaban todos. Me miro muy fijamente, y lo único que dijo fue “¿Así que todavía estas vivo? “, me tomo del cuello y me levanto muy fuerte hacia arriba, mis pies ya no estaban en el suelo, tenia uñas largas, con filo, me lastimaban el cuello, me miro nuevamente, y dijo “Já, si sos solo uno más, quizás, el único que queda vivo, un momento…”, Acerco su rostro hacia mi y dijo “Claro, sos el chico que tire en aquella calle, tonto, tonto, tonto, ¡Te deje escapar y volviste para morir!”, gritaba y gritaba, pero era inútil, estaba solo y nadie podía ayudarme, fue en ese momento que me desvanecí otra vez.
Desperté. Nuevamente estaba tirado en la calle, pero esta vez era distinto, en mi bolsillo había una nota, esta decía “Quizás no estas solo, solo debes buscar, muy pocos están escondidos, tirados en las calles, con miedo a estar como vos, solos. Sos único, todos eran únicos, pero solo unos pocos quedaron en la ciudad. Ya no tenés familia, ya no están acá. Vos pudiste verme, debí matarte, pero ya te lo dije, sos único, y veo algo que dice que vas a poder empezar solo. En otra ocasión voy a venir a buscarte, tenés tiempo.”
En ese momento me vi parado en la estación de Calzada, me calmaba la idea de no estar solo, pero era distinto, ya no tenia familia, debía armar una ciudad nueva con tan solo diecisiete años.
Por más que hoy sea una nueva Calzada, ya no es lo de antes, perdió su hermosura. Algo extraño entro en ella, ese alto señor del tapado volverá a buscarnos, pero cuando vuelva, no pasará lo mismo que en 2015.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mi cajita de los recuerdos.


Los recuerdos suelen doler, y otros hasta hacernos llorar. Pero son recuerdos al fin.
Desde hace ya varios años tengo una “Cajita de recuerdos”, en ella, habitan desde los recuerdos mas pequeños, hasta los mas importantes.
Allí dentro, diciéndolo seriamente, se encuentra toda mi adolescencia, todas esas personas que pasaron y dejaron una marca en ella, también.
Al principio pensé que mi cajita iba a estar vacía, que jamás la llenaría, pero hoy, con dieciséis años, mi cajita, ya casi no tiene lugar para tantos recuerdos, entre ellos, cartas, cartas, cartas, collares, pulseras, mechones de pelo, y muchas cosas más, apenas y puedo cerrarla.
¿A que voy?, La verdad que ni yo tengo idea, es toda una vida, toda una adolescencia, en una caja. Abrirla, a veces, me ponía triste, ver personas que estuvieron, y me hicieron tan bien, y ahora, ya no están, es realmente triste. Pero por otro lado, están esos recuerdos, de aquellas personas que siguen estando y al leer esas cartas o ver esos dibujos, suelen caerse un par de lágrimas de mis ojos.
Supongo, que es bueno recordar las cosas del pasado, por más malas o buenas que hayan sido, esta bueno ver, quienes fueron esas personas que te hicieron crecer.
No les estoy diciendo, que armen su propia “Cajita de los recuerdos”, pero si ustedes quieren, ¿Quién soy yo para decirles que hacer?, pueden en ella albergar las cosas más lindas, como las más feas.
En mi cajita, se encuentran miles de cartas sin destino, dibujos de mi madre, e incluso dibujos que nunca saldrán a la luz, el comienzo de mis enamoramientos, mis primeras cartas de amor que recibí, en si, hay muchísimas cosas.
De todas las cosas que tengo dentro de ella, no me arrepiento de nada.
Cuando abro mi Cajita, hoy en día, en vez de llorar o ponerme mal por las cosas que encuentro en ella, me pongo a reír de mi pasado, o llorar, simplemente de la emoción.
A lo largo de mi adolescencia, perdí amigos, conocí gente nueva, gente que nunca se alejo, tuve hermanos nuevos, me pelee con mucha más gente, perdí perdón, escribí cartas, dibuje, recibí cartas, me dibujaron, y otras tantas cosas que a veces se me olvidan…
Pero ahí esta ella, que contiene todo mis secretos, mis amoríos, todo de mi, mi cajita de los recuerdos, que permite que no me olvide de nada, ni de nadie, que hace que mi adolescencia este completa, que una de las etapas de mi vida, tenga sentido, que me hace recordar lo bueno y lo malo…

sábado, 27 de octubre de 2012

Nota de despedida.


Era imprescindible no escapar de la escena del crimen, no quería hacerlo, él se cruzo.
La noche estaba oscura y los dos íbamos ebrios, si me hubiera dado cuenta de lo que pasaría, hubiera esperado.
Recuerdo haber salido la noche de ayer, para poder despejarme un poco de mis problemas, ahora, tengo unos aún mas grandes.
No estoy escribiendo esto para eximirme de toda culpa, al fin y al cabo, yo también la tuve. Lo hago solamente, para aclarar como sucedió todo.
Un auto, una carretera, dos personas, ¿Más resumido aún? Creo que es bastante fácil de entender.
Supongo que ambos tuvimos la culpa, uno no debía caminar por la carretera a altas horas de la noche y el otro no debía conducir ebrio.
Creo que escapar fue la mejor opción que tuve, no voy a presentarme a declarar, no quiero.
Menos así, mi cuerpo parece estar desvaneciéndose de a poco, ya ni siento las piernas, a penas y tengo fuerzas para escribir esto, con suerte, llegaré a terminarlo. Ojala alguien tenga el placer de leerlo al menos.
En fin, no voy a ir. Es una decisión tomada, que declare el conductor del maldito auto.
Si hubiera esperado, no hubiera pasado, su hubiéramos esperado…
Creo que hora de despedirse de una vez, gran parte de mi cuerpo ha desaparecido, y en minutos desaparecerá el resto, es hora de escapar de todo de una vez.
Adi-…

martes, 9 de octubre de 2012

El rastrillo.


Cuando desperté, no pude verlo, pero el estaba allí, su presencia se sentía en mi cuarto.
Varias personas del pueblo contaban haberlo visto, contaban que tenían miedo de volver a dormir.
Hoy, yo también tengo miedo de volver a dormir, no quiero verlo, no quiero ver como es él.
En cuatro simples contactos, él te lleva a la muerte. Dicen, que no tiene un claro objetivo, de por que mata a sus victimas, simplemente lo hace, los busca y los mata.
Alto, flaco, demasiado, casi desnutrido, sus ojos son huecos y negros, y en sus manos, en sus manos, tiene tres cuchillas totalmente afiladas, como incrustadas en ellas. Llenas de sangre, sus manos con esas cuchillas, parecen un rastrillo…
Siempre ataca por las noches, cuando uno duerme. Los habitantes del pueblo, por lo general, la mayoría, lo ha visto, algunos de estos decidieron partir, pero es inútil. No importa donde te escondas, donde duermas, donde vivas, donde estés, el va a seguirte, hasta encontrarte.
El primer contacto, por lo general, es sentirlo. Lamentablemente para mi suerte, yo ya realice este primer contacto, ya lo sentí.
Todavía me quedan dos contactos más, ustedes deben estar pensando, “Pero, ¿No eran cuatro contactos?”, si, son cuatro, pero el cuarto contacto, es la muerte.
El segundo, es verlo, por lo general, cuando te despertas por la noche, el esta mirándote, te despertaste seguramente por que el te toco. Si seguís durmiendo y lo ignoras, el puede irse. Si lo miras, vas a ver sus grandes ojos, huecos, negros, llenos de maldad y luego simplemente, te desmayas. Después de este contacto, tu muerte esta asegurada.
¿Por qué no quiero vivir el segundo contacto?, por que no voy a ignorarlo, lo sentí, quiero verlo, no voy a poder no mirarlo y seguir durmiendo.
El tercero, es el peor de todos, es escucharlo. Aun que, para algunos, este contacto puede ser su ultima salvación. El rastrillo, por lo general, cuando te habla, suele decirte alguna palabra, algunos de los que partieron del pueblo, lo hicieron por que el se los ordeno. En otros casos, suele decir el nombre de su próxima victima, por lo general, pariente de la victima que mata.
El cuarto, y último contacto, es la muerte. Cuando despertas, ya no esta sentado en la punta de tu cama, el esta frente a ti, mirándote. No hay vuelta atrás, te toma por el cuello, y ¡Zas!, con un simple movimiento de sus manos afiladas, te corta el cuello, te corta en mil pedazos.
Todo el pueblo tiene miedo de dormir ahora, todo el pueblo tiene miedo de verlo sentado en su cama, todos tienen miedo.
Dormir es bueno, despertar, puedo ser lo malo. El rastrillo por lo general, mata a sus victimas en un día. A veces, tarda dos, pero no importa el tiempo que tengas,  de él no podrás escapar.
Algunas personas deciden dormir para siempre, deciden quitarse la vida, para no volver a verlo, para no volver a despertar.
Dormir, despertar, sentirlo. Dormir, despertar, verlo. Dormir, despertar, escucharlo. Dormir, despertar, morir… ¿Ahora entendes por que te despertas sin ninguna razón en las noches?, La próxima vez que suceda, seguí durmiendo, ignoralo y por ninguna razón en el mundo, mires la punta de tu cama, por que El rastrillo va a estar ahí, esperando a que lo mires…

sábado, 29 de septiembre de 2012

Carta a mi hermana menor.


No sé como empezar esto, pero voy a empezar igual.
Si estas leyendo esto, es por que sos mi hermana menor. ¿Por donde comenzar?, es un poco difícil empezar algo que ni siquiera sabes si vas a terminar. Pero, quiero hacer esto, dejar constatado algo de que realmente me importas y mucho.
Lo malo no es tener a una mujer de hermana, lo malo es tenerte a vos de hermana. Sos una persona totalmente rara, ¿Rara?, que digo, sos una persona complicada, sos mujer.
Sin dudas, aprendí mucho de vos, no te imaginas de cuantas cosas, tenés tus días, tus tiempos, tus vueltas, tus enojos, tenés varias cosas que te hacen especial, que te hacen única.
Solo dos años de edad nos separan, pero con el tiempo, fui teniendo una relación con vos, de la cual no me arrepiento de nada. Una relación de hermanos, nada más. Me molesta demasiado el hecho de estar con vos, y que luego me digan con una voz y una sonrisa picara la pregunta de “¿Quien era esa Fer?”, pero me encanta ver la cara de esas personas cuando la palabra “HERMANA” sale de mi boca, por que claro, físicamente, no nos parecemos en nada. En cuanto a lo de arrepentirme, ¿De que puedo arrepentirme?,  me encanta tener la mejor confianza con vos, me encanta escucharte y que me escuches, lo único que descartaría de todo esto, serian esas estupidas peleas que tenemos por estupideces. En estas, las únicas que me gustaban y que siguen pasando son las de “Mamá me ama más” o “Sos un adoptado/a”.
Otra de las tantas cosas malas para destacar, es el vivir a distancia, pero aún así vernos a diario. El que abras la puerta de casa como si nada, el que te acuestes en mi cama, y uses la computadora sin ningún tipo de permiso, eso es confianza, sos la única que lo hace, te lo juro por nuestras madres.
¿Bueno?, No hay nada bueno para destacar de vos. Sos todo lo que quiero tener, sos mi hermana, y mi mejor amiga, sos tanto.
No tengo palabras para agradecerte todo, no seré el mejor ejemplo que podes tener de hermano, pero me encanta ver que te pareces un poco a mi, si, aun que no lo creas, yo puedo ver cosas en vos, que claro, vos no podes ver. Y en esas cosas que vos no podes ver, yo veo pequeños detalles, o cosas, que te hacen parecer a mí.
No sé si soy el ejemplo indicado a seguir, pero sos mi hermana, y no quiero que tengas errores como yo los tengo día a día, quiero que veas como son las cosas, pero que aprendas de tus errores como yo.
Además de eso, sabes que voy a cuidarte con mi vida, mi alma y un poco más, que no voy a dejar que nadie te lastime, y mucho menos que te borren esa hermosa sonrisa que tenés.
Escucharte, aconsejarte, abrazarte, llorar con vos, acompañarte, y muchas cosas más voy a hacer por vos.
Perdón, si alguna vez te hice sentir mal, o te trate de una manera que no te gusto, perdón si me enojé por cosas estupidas, o si te hice sufrir de alguna manera.
Una cosa más, no importa, pase lo que pase, solo voy a estar feliz, viéndote a vos feliz hermana.
Así, mediante esta carta, además de ser mi hermana, y bancarte todo, espero haberte demostrado lo importante que sos para mí aún que no lo demuestre demasiado, espero haberte demostrado que sos una de las cosas que me sacan una sonrisa día a día, y que además sos una de esas cosas que hacen que nunca baje los brazos, sos una de mis pocas razones para seguir adelante, para poder darte el ejemplo de que siempre, todo se puede.

Te amo con todo mí ser Julieta. Gracias por llevar la misma sangre que yo.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Solo tienes que ir a dormir.


Jeff venia siguiéndome desde pequeño, al igual que a todos, pero se presento delante mío a los trece años. ¿No conoces a Jeff?, es ese asesino que vigila que te duermas temprano, antes que tus padres, que por cierto, ellos decidieron llamar “Coco”.
Todavía recuerdo las palabras de mi madre “Marcos, vamos a la cama, dale que viene el coco”, Nunca supe por que tenia que tenerle miedo a esa cosa, lo único que sabia era que si no me dormía, “El coco me comería”.
Pero, ¿Sabes algo? Ese señor existe, no se llama Coco, se llama Jeff, y no come niños, los mata.
Claro esta, que se de su existencia, por que lo dije al comenzar este relato, el se apareció delante mío a los trece años de edad, puedo decir que soy unos de los sobrevivientes de sus ataques, gracias a mi perro, si, si, a mi perro.
Jeff, a pesar de ser un asesino, es una persona, como vos, como yo, como todos, lo único que lo diferencia de los demás, es su cara.
El anda con zapatillas, un pantalón negro de vestir, y un buzo celeste, además del celeste, tiene manchas rojas, sangre de niños.
Pero no voy a irme por las ramas, hablemos de su cara. Esta es totalmente blanca, y esta quemada, un poco de cloro, hizo que su tez se volviera blanquísima, vodka para acompañar, una pelea y un encendedor que lo quemó, así sucedió. Cuenta la historia que Jeff amaba tanto su rostro quemado y blanco que no podía dejar de verse en el espejo, pero sus ojos se cerraban a causa del sueño, por esa razón tomo un cuchillo, y se corto los parpados de sus ojos. Aparte de amar su rostro, amaba reírse viéndolo, pero su boca no le dejaba reírse lo necesario, por eso con el cuchillo también se cortó sus mejillas, que ahora forman una gran sonrisa en su rostro, al estilo “The Joker”, pero aún mas escalofriante y enfermizo. Luego de que su cara quedase así y su mente totalmente retorcida también, sus padres intentaron matarlo, pero el los mato primero.
El se mira en el espejo a partir de las once de la noche, admira su hermoso rostro y mata a quien se le interponga en el camino, ¿Por qué? Por que esta loco, y como todo asesino, debe saciar sus ganar de matar, no hay otra explicación, elige niños por que son los primeros que lo molestan.
Yo no lo molesté, solo hice demasiado ruido.
Eran las once de la noche de un viernes, me desperté de repente, la ventana estaba abierta, era extraño, por que recuerdo que mi padre la había cerrado cuando fui a la cama. Me levante y la cerré, acto seguido, me dirigí hacia el baño, claro, para eso me levante, aparte de que entraba el frío por la ventana.
Cuando llegué al baño, noté que la puerta estaba entreabierta, en su interior la luz estaba encendida y parecía haber alguien frente al espejo. Entré, con el más mínimo cuidado, fui abriendo la puerta, pensando que quien estaba allí dentro era alguno de mis padres, con solo trece años quería asustar a alguno de ellos. Cuando ESA persona que estaba frente al espejo giro su mirada hacia mi, me di cuenta que no eran ninguno de mis padres, su tez blanca, sus grandes ojos, su sonrisa que inspiraba miedo, su buzo celeste, su pantalón negro, y su gran cuchillo, lleno de sangre. Era él.
¿Era él?, que digo, si para esa edad todavía no sabia ni su nombre, pero sin dudas, ERA ÉL. Me miro fijamente con sus grandes ojos, que no se cerraban, sin ninguna palabra y riéndose como un loco, levanto su cuchillo, y empezó a caminar lentamente hacia mí. Tontamente empecé a dar pequeños pasos hacia atrás, tropecé. En ese momento el se acerco rápidamente y riéndose cada vez mas fuerte, una risa siniestra y aterradora, pero pude levantarme y correr hacia las escaleras, tropecé de nuevo cayendo por estas. El dolor era terrible, tenia solo trece años y caí muy fuertes por las escaleras, no podía levantarme, mi cuerpo de niño no tenia fuerza, y Jeff estaba ahí, bajando las escaleras, riéndose como un loco, desaforadamente, y con el cuchillo en sus manos, bajaba lentamente, tenia que levantarme pero no podía, lo único que se ocurrió fue gritar: “¡¡¡Procer!!!, ¡¡¡Procer!!!”.
Jeff se acercaba, se acercaba cada vez más, estaba enfrente mío, levanto su cuchillo, y justo en ese momento apareció Procer, saltó y mordió su brazo, aproveche ese momento y con mis pocas fuerzas, me levante, corrí hasta la habitación de mis padres.
Abrí la puerta muy bruscamente, con eso solamente mis padres se levantaron, grite, y  grite “Esta abajo, ¡Esta abajo con Procer y quiere matarme!, Me levante y el coco quiere comerme”, mi padre bajo, pero cuando bajamos la puerta de entrada estaba abierta, y no había nadie.
En la puerta, estaba tirado el cuerpo de Procer, muerto, muerto estaba el perro que me salvo la vida. Después de horas de llanto volví a la cama.
Desperté y ahí estaba, en mi habitación. Cuando abrí las cortinas para que entrara la luz del sol, note que la pared estaba escrita con sangre.
Hoy tengo 21 años y vivo solo, voy a dormir temprano cada noche, para no cruzarme de nuevo con el loco de Jeff, pero jamás, jamás, voy a olvidar su horrible rostro, su siniestra y aterradora risa, pero sobre todas las cosas, jamás voy a olvidar la pared de mi cuarto escrita con la sangre de Procer, que solo decía: “Lo único que tienes que hacer es ir a dormir…”.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El esta mirándome.

Todavía recuerdo aquel día. Hoy, ya pasaron once años de aquel escalofriante hecho, once años, de los cuales, nunca volví a pisar un bosque, once años de los cuales, nunca volví a ver a Francisco.
Eramos niños, niños que buscaban divertirse, pero nunca pensamos en este horrible final, nunca pensamos en un final.
Recuerdo que esa semana fue la semana en la que mas había disfrutado de Francisco, me había dado cuenta que el era el único mejor amigo que tenia, pero ya no importa, estoy decidido a contarles que paso realmente esa semana.
El lunes fue su cumpleaños, nunca voy a olvidarlo, ese lunes su casa tenía algo de especial, pero lo que nunca voy a olvidar, será su cara de felicidad al recibir el regalo que sus padres le tenían preparado. Una cámara filmadora, a el le encantaba filmarse y subir sus videos a Youtube, pero los hacia solamente con la Webcam de su notebook. Creo que ese fue el mejor regalo que pudo haber recibido ese día, estuvo con una sonrisa en su cara todo el resto día.
 Al día siguiente lo vi de nuevo en el colegio, no paraba de contarme las miles de ideas que tenía para hacer videos, tenia hasta ganas de hacer una película, era su principal proyecto. ¿A quien no se le paso la vaga idea de hacer una película una vez en su vida?, Bueno, lo de Francisco, no era una vaga idea, era un sueño que iría cumpliendo de a poco. Esa tarde fue a casa a jugar un rato a la play, nos veíamos constantemente, su casa no esta muy lejos de la mía, esa tarde me contó la idea principal de que iba la película que deseaba hacer, era como la historia de caperucita roja, pero mas futurística, me había dicho su titulo, pero con el tiempo lo olvide, en mi opinión era algo totalmente infantil, pero no tenia problema en apoyarlo a hacerla.
El miércoles no lo vi en todo el día, lo llame a su casa y luego de miles de intentos, me contesto, su voz se notaba un poco extraña, un poco bastante, le pregunte por que había faltado al colegio, si se sentía mal o algo, escuchaba su respiración, pero no contesto ninguna de mis preguntas, lo único que llego a decirme con su extraña voz fue “Delgado”, luego corto. Ese día fui a dormir pensando que le había pasado, pero por mas pensamiento que tenia, no iba a adivinarlo nunca.
El jueves fui a su casa después del colegio, comimos, jugamos un rato a la play, y luego hicimos la tarea, después me mostró un guión que hizo de su película, estaba bastante bien escrito, tanto que me gusto decirle que lo ayudaría con gusto. En un momento que hablábamos de la película, y su realización, le pregunte que le pasaba ayer, me dijo que nada, y me pregunto el por que de mi pregunta, le dije lo del teléfono, me dijo que capaz atendió dormido, pero que no recordaba el haberme atendido. No me importo, eso tenia sentido, así que seguimos hablando de cómo hacer su película.
El viernes empezamos a buscar gente para hacer “nuestra” película, la mayoría de las personas eran nuestros compañeros, ese mismo día empezamos a filmar un par de escenas en su casa, y en el barrio, quedaban geniales de escenarios. Mañana ya seria sábado, y pasado domingo.
Es muy triste terminar con mi historia acá, solamente quedan dos días, pero ahora me siento mejor, mas relajado, hasta que les cuente que paso el ultimo día en que estuvimos juntos, hasta que la adrenalina vuelva a mi, y el temor me lleve de nuevo hasta su cueva, mi cueva, en la que permanecí todos estos años.
No quiero irme por las ramas, así que terminare de contar que paso realmente con Francisco, aun que, hasta el día hoy, no sepa muy bien que paso con el.
Sábado, me cuesta tanto recordar, o quizás no quiero recordarlo. Aquel día, fuimos con nuestro “Equipo” y “Compañeros de set” al bosque del colegio, a filmar un par de escenas para la película, todo parecía salir bien, filmamos  a la tarde, y esperamos a que anochezca para hacer un par de escenas en la noche. Luego de eso, cada uno tomo su rumbo, nos veríamos mañana.
Esa noche, Francisco me llamo a casa, para avisarme que mañana filmaríamos solos, el y yo, su voz era rara, tal y como el miércoles que lo llame, pero sin dudas, era el, no podía negarme, no era casualidad que solo las escenas en las que yo aparecía se veían mal. EL quería llevarme a mi.
Todavía estoy a tiempo para decirles, que pueden dejar acá su lectura, y seguir normalmente sus vidas, quizás después de este ultimo día en mi historia, ustedes tampoco querrán pisar un bosque, por miedo a que EL se los lleve. Pero si hasta acá llegaron, y quieren seguir leyendo, les voy a contar de una vez por todas que paso con mi amigo.
Ese domingo a la mañana, fui a su casa, todo iba normal, como todos los días, a la tarde, luego de comer algo, fuimos al colegio a filmar las escenas que habían salido mal, recuerdo que había algo raro ese día, niebla, si, eso era, la niebla, pero según Francisco, eso haría más interesantes las escenas. Esperamos los dos juntos a que anochezca, para ya terminar con las escenas.
Esa noche, fue la ultima noche que disfrute con Francisco, filmamos las escenas, pero ahí estaba EL, detrás de Francisco.
Grite, grite con todas mis fuerzas, pero Francisco parecía no escucharme, parecía no prestarme atención. EL no tenia ojos, pero igual lo miraba, sus tentáculos lo abrazaban, y vi como Francisco desaparecía del mundo, vi como se lo llevaba. Pero Francisco no era su objetivo, EL me quería a mi, mire al piso, y cuando volví a mirar, ya no estaba, estaba solo en el bosque, solo con el hombre que se llevo a Francisco.
Corrí, corrí con todas mis fuerzas, sus brazos se extendían, pero no, no iba a dejarme agarrar, tenia que escapar, hasta que allá, a lo lejos se veía la salida de aquel infierno.
Once años, once años ya pasaron, y todavía no sé nada de Francisco, lo único que la policía pudo recuperar, fue la cámara. En la cámara, estaban los videos, se veían mal, apenas y se podía ver el traje del hombre delgado.
Esta noche mirare de nuevo por la ventana de mi departamento, hacia el bosque, EL siempre esta mirándome, esperando a que vuelva, todas las noches, se camufla entre los árboles, pero ahí esta, yo lo veo, aunque ya soy mayor, aun puedo verlo. Muy delgado y alto, con un traje elegante, y unos grandes tentáculos en su espalda, sin cara, solo es blanco, el no tiene ojos, pero todas las noches me mira, me mira, esperando a que vuelva a pisar un bosque, para sufrir el mismo destino desconocido que Francisco…