Navegábamos día y noche, pero una mañana vimos que flotando
en el agua había una pequeña botella.
Grite a mi tripulación que iríamos tras ella. Cuando nos
acercamos, era tan solo una pequeña botella de Ron.
Justo en el momento en el que iba a arrojarla nuevamente en
el mar, me percate de que dentro de la botellita había un trozo de papel. Lo
saque y el papel contenía dos cosas, una pequeña nota y un mapa.
En la nota decía “Mi tripulación y yo, lamentablemente nos
hundimos con todos nuestros tesoros y pertenencias en el punto marcado en el
mapa adjunto”.
En el mapa, se mostraba una “X” en el lugar donde el barco
de este hombre se había hundido. El lugar no estaba tan lejos de donde nosotros
estábamos.
Mostré las cosas a mi oficial de mayor confianza, y le pregunte
si tendríamos que ir hasta allí, el respondió que seria lo mejor, había tesoros
en el medio.
Fuimos hasta el punto señalado en el mapa, mande a los
mejores buzos hasta el fondo del mar, para que traigan los tesoros, pero no
encontraron más que una botella de hierro.
Dentro de la botella de hierro había otro trozo de papel,
este decía: “Perdón por la broma que le eh hecho, no hay ninguna tripulación,
ni ningún tesoro, esto le servirá de lección para próxima. De todas formas para
recompensar el viaje que ha realizado hasta acá, debajo de donde encontró
flotando la botellita de cristal, hay una caja con dinero para recompensarlo
por haber venido, sin más que decir, me despido”.
Me invadía una gran ira, habíamos caído en un truco tan
tonto.
Fuimos hasta donde encontramos la botellita de cristal,
encontramos el dinero, pero jamás volveremos a confiar en un trozo de papel
encontrado en una simple botella de cristal.
Esto fue escrito y basado a partir del relato "La botellita de cristal" de H. P. Lovecraft.
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