Y estoy escribiendo esto, en una antigua maquina de
escribir, por que ya sinceramente, no sé ni en que época estoy.
Pensaba que los viajes en el tiempo, serian una gran
escapatoria a la rutina, pero no fue así, me equivoque.
La primera vez, fue rara. Pero me acuerdo que pude volver
todo a la normalidad, cosa que con las demás veces, no sucedió. Apoye el
pequeño reloj de plata en mi pecho, no recuerdo muy bien que pensé aquella
primera vez, cerré mis ojos con fuerza, los volví a abrir y allí estaba. No
noté ningún cambio, pero, ¿Qué hacia ese sandwich encima de la mesa?, se
parecía al que comí hace unos dos días atrás, y exactamente yo volvería a
buscarlo en unos minutos, me escondí, y ahí me vi, era yo, ¡Un yo del pasado!.
Me acerque para hablarme a mi mismo, pero lamentablemente, el tiempo no me
permitió hacerlo, quizás en otras historias si suceda, pero en esta no. A penas
me acerque, el tiempo, por así decirlo, me pateo y me volvió al tiempo actual.
Estaba tan sorprendido, ¡Había vuelto al pasado!, dos días
atrás, ¿Luego que vendría?, ¿Un mes atrás?, ¿Años?, pensar que ese pequeño
reloj de plata que encontré en la desocupada casa de mi abuelo, el cual pensaba
vender, por que este era de 1885 y pagarían bastante por el, podría hacerme
viajar en el tiempo, me hacia pensar millones de cosas que haría con el, podría
arreglar tantos errores y tener la vida que siempre quise tener, pero
lamentablemente, no fue así.
Con el tiempo aprendí a usarlo, debía apoyarlo en mi pecho,
pensar en la época a la cual quería viajar, imaginar un lugar apacible, cerrar
los ojos y luego abrirlos. ¿Parece bastante simple verdad?, pues déjenme decirles, que no lo fue. Apoyar el reloj en mi pecho era fácil, pensar una
época era fácil, cerrar los ojos y luego abrirlos también, pero, ¿Imaginar?, a
veces es tan difícil. Aparte, si no imaginaba un lugar apacible, podría
terminar en cualquier lado, como en aquella calle tan transitada de Londres,
donde casi me pisa uno de esos grandes autobuses, ya saben, esos para los
turistas. En fin, imaginar no es fácil, se me hacia bastante difícil viajar al
futuro, lo hice muy pocas veces, tenia que imaginar todo como nuevo, como yo
quisiera, y allí estaba, difícil.
Era más fácil viajar al pasado, lo único que debía hacer era
no cruzarme conmigo mismo, por que si eso pasaba ¡PUM!, se acababa el viaje y
terminaba otra vez en la actualidad. Muchas veces me confundía con la
actualidad, era rara, había perdido la noción del tiempo, ni yo mismo sabia
como era el tiempo actual.
En fin, mi objetivo no era más que el de cualquier persona
que quisiera viajar al pasado, ya saben, arreglar un par de cositas para
sacarle un poquitito de provecho a la vida.
Viaje tras viaje iba arreglando todos mis errores, pero
desde que arregle aquel primer error, al año siguiente, a pesar de que la
mayoría de las cosas salían bien, había nuevos errores, que claro, yo no
conocía. Volvía para arreglarlos y me iba. La mayor parte del día, me la pasaba
viajando hacia el pasado.
Año tras año, ahí me encontraba, arreglando errores de mi pasado.
Pero luego sucedió lo que no me esperaba, en mi cabeza se mezclaron varias
cosas y termine en el año 1835, jamás espere terminar aquí, primero busqué a mi
otro yo para que el tiempo me llevara automáticamente hasta la actualidad,
pero, ¿Que pasó?, ¡Todavía no había nacido!, entonces cerré los ojos para
intentar volver, pero no pude, el reloj se desvaneció en mi mano como si nada,
simplemente desapareció, el no se crearía hasta 1885, tendría que esperar 50
años para volver a usarlo.
Y aquí me ven, escribiendo esto, les juro que pensé que
seria divertido ver como podía sacarle provecho a mi vida, pero me equivoque,
lo único que he hecho en estos años es dar vueltas en el tiempo arreglando
errores, y así jamás disfrute mi vida, nunca me di cuenta que los errores
siempre van a aparecer y no queda más alternativa que seguir adelante con ellos
y de ellos realmente se saca provecho, una enseñanza.
Si pudiese volver a mi tiempo actual, después de esto, no cambiaría absolutamente nada.
Ahora aquí estoy, soy un viajero, un viajero del reloj de
plata, un viajero atrapado cincuenta años en el tiempo...