En la vida existen tropezones, no caídas.
Algunos de estos, son más pequeños, otros más grandes, pero
solo son tropezones. ¿Nunca escuchaste decir “Un tropezón no es caída”?, todos
alguna vez hemos escuchado a alguien decir eso.
Los tropezones, también dependen de la persona que los viva.
Vuelvo a repetir, las caídas no existen.
Las personas que suelen caerse en la vida, son las más
débiles, las que piensan que todo es fácil, que todo va a ser como ellos
quieren, y cuando se dan cuenta de que la vida no es así, ¡Plaf!, caída al
piso. ¿Caída? Si, caída, ya lo dije, las personas que caen son los débiles. Aun
que, ¿Quién no se cayó a lo largo de su vida al menos una vez?
Los valientes, son aquellos que están preparados para caer,
una y otra vez, y aun así, siguen levantándose, sin ningún problema, para
ellos, es solo un tropezón. Siguen enfrentándose a lo que les viene, pero los
valientes, también sienten miedo, ¡Todos sentimos miedo!, pero solo los
verdaderos valientes, pueden seguir sin ningún problema, los valientes
enfrentan al miedo, y van siempre por más. Los valientes enfrentan a sus temores cara a cara.
Existen también, valientes que han caído, se cansan, se
cansan de tratar de seguir, se cansan de intentarlo una vez más, entonces,
pasan a ser valientes frustrados, quienes alguna vez pelearon por lo que querían,
un día dejan todo y se quedan estancados en donde están, esta si es una caída,
y no cualquier caída, la caída de un valiente es triste. ¡Pensar que una vez
peleaste por lo que querías, fuiste valiente y caíste, caíste en lo peor!
Los débiles, que ya cayeron, pueden levantarse, pasar a ser
valientes, ¿Pero cuantos?, ¿Solo un cuarto de ellos? Quizás, pero da por hecho,
que ese cuarto de nuevos valientes, no van a volver a caer, van a tropezarse,
pero jamás volverán a caer.
Los valientes frustrados, ya no pueden levantarse, es una
maldita realidad. Se cansaron de seguir, y sin dudas en su cabeza ronda la
pregunta de “¿Para que voy a seguir?” y ellos mismos se contestan con un “¡Ya
no sirve!”. De esa manera, quedan tirados en el piso, cayeron.
Los valientes, son valientes, no temen, no temen a caer, por
que saben que van a poder levantarse y demostrarle a la vida que todavía van a
seguir adelante, pese a los obstáculos que esta le ponga y haga que se
tropiecen.
¿Qué pasa por tu cabeza después contarte esto?, ¿Cómo te
imaginas a un valiente?
No, un valiente no es aquel que tiene una armadura, o un
escudo para defenderse de la vida.
Un valiente es aquel que va sin cubrirse, que resiste cada
golpe, cada tropezón, su debilidad son las lágrimas, su escudo, son sus ganas
de seguir, no llevan armas, solo su espíritu indomable.
Algunos valientes, pueden perder a otros valientes en el
camino de su vida, pero no deben caer, deben seguir adelante, demostrando que
su escudo es mas fuerte que su debilidad, al fin y al cabo, ese valiente que se
fue, nos da muchas más ganas de seguir que cualquier cosa. Es de valientes,
poder secarse las lágrimas y ver a la vida con una gran sonrisa.
Los valientes, no están manejados por nadie, son como ya
dije, espíritus indomables.
Quien esta manejado por alguien, o peor, por un objeto, ¡No
puede ser un valiente!
Ustedes deben estar pensando que quien escribe esto no es
valiente, ¿No? Pues si lo soy, por que pese a lo que me pase, puedo levantarme
cada día y ver a la vida con una sonrisa de oreja a oreja.
Me olvidaba de decirles, que los valientes, a pesar de ser
espíritus indomables, somos valientes por que podemos ponernos en el lugar de
otros y a veces, hasta asumir sus problemas.
Por eso les estoy contando como somos, pero sin dudas, no
existen más valientes, que aquellos que pueden hacer de los débiles, más
valientes, y de los valientes frustrados, sacarle a su nombre esa ultima
palabra y volverlos a hacer seguir su camino.
Solo tropezones, no caídas, las caídas no existen, solo
tropezones, unos más grandes que otros, pero solo son tropezones…
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