viernes, 16 de noviembre de 2012

Solo son tropezones.


En la vida existen tropezones, no caídas.
Algunos de estos, son más pequeños, otros más grandes, pero solo son tropezones. ¿Nunca escuchaste decir “Un tropezón no es caída”?, todos alguna vez hemos escuchado a alguien decir eso.
Los tropezones, también dependen de la persona que los viva. Vuelvo a repetir, las caídas no existen.
Las personas que suelen caerse en la vida, son las más débiles, las que piensan que todo es fácil, que todo va a ser como ellos quieren, y cuando se dan cuenta de que la vida no es así, ¡Plaf!, caída al piso. ¿Caída? Si, caída, ya lo dije, las personas que caen son los débiles. Aun que, ¿Quién no se cayó a lo largo de su vida al menos una vez?
Los valientes, son aquellos que están preparados para caer, una y otra vez, y aun así, siguen levantándose, sin ningún problema, para ellos, es solo un tropezón. Siguen enfrentándose a lo que les viene, pero los valientes, también sienten miedo, ¡Todos sentimos miedo!, pero solo los verdaderos valientes, pueden seguir sin ningún problema, los valientes enfrentan al miedo, y van siempre por más. Los valientes enfrentan a sus temores cara a cara.
Existen también, valientes que han caído, se cansan, se cansan de tratar de seguir, se cansan de intentarlo una vez más, entonces, pasan a ser valientes frustrados, quienes alguna vez pelearon por lo que querían, un día dejan todo y se quedan estancados en donde están, esta si es una caída, y no cualquier caída, la caída de un valiente es triste. ¡Pensar que una vez peleaste por lo que querías, fuiste valiente y caíste, caíste en lo peor!
Los débiles, que ya cayeron, pueden levantarse, pasar a ser valientes, ¿Pero cuantos?, ¿Solo un cuarto de ellos? Quizás, pero da por hecho, que ese cuarto de nuevos valientes, no van a volver a caer, van a tropezarse, pero jamás volverán a caer.
Los valientes frustrados, ya no pueden levantarse, es una maldita realidad. Se cansaron de seguir, y sin dudas en su cabeza ronda la pregunta de “¿Para que voy a seguir?” y ellos mismos se contestan con un “¡Ya no sirve!”. De esa manera, quedan tirados en el piso, cayeron.
Los valientes, son valientes, no temen, no temen a caer, por que saben que van a poder levantarse y demostrarle a la vida que todavía van a seguir adelante, pese a los obstáculos que esta le ponga y haga que se tropiecen.
¿Qué pasa por tu cabeza después contarte esto?, ¿Cómo te imaginas a un valiente?
No, un valiente no es aquel que tiene una armadura, o un escudo para defenderse de la vida.
Un valiente es aquel que va sin cubrirse, que resiste cada golpe, cada tropezón, su debilidad son las lágrimas, su escudo, son sus ganas de seguir, no llevan armas, solo su espíritu indomable.
Algunos valientes, pueden perder a otros valientes en el camino de su vida, pero no deben caer, deben seguir adelante, demostrando que su escudo es mas fuerte que su debilidad, al fin y al cabo, ese valiente que se fue, nos da muchas más ganas de seguir que cualquier cosa. Es de valientes, poder secarse las lágrimas y ver a la vida con una gran sonrisa.
Los valientes, no están manejados por nadie, son como ya dije, espíritus indomables.
Quien esta manejado por alguien, o peor, por un objeto, ¡No puede ser un valiente!
Ustedes deben estar pensando que quien escribe esto no es valiente, ¿No? Pues si lo soy, por que pese a lo que me pase, puedo levantarme cada día y ver a la vida con una sonrisa de oreja a oreja.
Me olvidaba de decirles, que los valientes, a pesar de ser espíritus indomables, somos valientes por que podemos ponernos en el lugar de otros y a veces, hasta asumir sus problemas.
Por eso les estoy contando como somos, pero sin dudas, no existen más valientes, que aquellos que pueden hacer de los débiles, más valientes, y de los valientes frustrados, sacarle a su nombre esa ultima palabra y volverlos a hacer seguir su camino.
Solo tropezones, no caídas, las caídas no existen, solo tropezones, unos más grandes que otros, pero solo son tropezones…

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