Recuerdo que todo comenzó el veintiuno de abril de 2015, era
mi último año en la secundaria, faltaban meses para irnos de viaje de
egresados. Ese día recuerdo haber salido a las dos de la tarde, los horarios de
las escuelas privadas pueden ser bastantes pesados, pero ya estaba
acostumbrado.
Veía a todos correr de un lado para el otro, con el pasar de
las horas, las tiendas se iban vaciando por causa de los saqueos que existían,
no entendía que pasaba. En mi barrio, todo iba igual, nadie corría de un lado
al otro, capaz algún que otro perdido, pero no más que eso.
Cuando llegue a casa, escuche decir a papá que teníamos que
irnos, que no faltaba mucho para que llegaran a la casa. Todavía sin entender
nada, y por más que haya preguntado miles de veces, no respondían mi pregunta,
seguía sin entender. Subimos al auto, mis padres y yo, mis hermanos habían
salido ya de la ciudad. Fuimos por Avenida San Martín hasta 20 de Septiembre,
después de eso llegaríamos a la estación de trenes.
En el poco trayecto que teníamos hasta allá, en otro par de
horas, había calles cortadas, autos prendidos fuego, todo era un caos.
Una vez que llegamos, vimos una cantidad de gente, que jamás
habíamos imaginado ver en la estación, todos querían tomar el tren, irse lejos.
No había trenes. Al recibir esta noticia, todas las personas
que se encontraban ahí, reaccionaron violentamente, fue en ese instante que
quede solo.
Desperté en el piso, mareado. Una vez más no entendía que
pasaba. Sentía un gran dolor en la cabeza, tenia sangre en ella, alguien me
había pegado.
El lugar donde desperté, no era la estación de trenes, estaba
en Bernardino Rivadavia, la calle estaba tranquila, desolada, no sé ni como llegue
allí, estaba solo.
Fui recorriendo todo Calzada, parecía no haber nadie,
parecía que el caos se había disipado, nadie, absolutamente NADIE estaba en las
calles.
Fui hacia la estación de trenes otra vez, para ver si podía
encontrar a mis padres, no tenia mi celular, seguramente se me cayo cuando
empezaron los violentos golpes, o me lo robaron cuando caí desmayado después
del golpazo que yo recibí.
En la estación tampoco había nadie, era como si algo hubiera
pasado y se hubiera llevado a todos los habitantes de Rafael Calzada.
Cuando pensé que todo estaba perdido, que no tenia a donde
ir, que estaba solo, pude ver, que en el anden de la estación había alguien
parado, esperando algún tren que pase por ahí. Sin dudar, corrí hasta allí y le
pregunte que paso, donde estaban todos. Me miro muy fijamente, y lo único que
dijo fue “¿Así que todavía estas vivo? “, me tomo del cuello y me levanto muy
fuerte hacia arriba, mis pies ya no estaban en el suelo, tenia uñas largas, con
filo, me lastimaban el cuello, me miro nuevamente, y dijo “Já, si sos solo uno
más, quizás, el único que queda vivo, un momento…”, Acerco su rostro hacia mi y
dijo “Claro, sos el chico que tire en aquella calle, tonto, tonto, tonto, ¡Te
deje escapar y volviste para morir!”, gritaba y gritaba, pero era inútil,
estaba solo y nadie podía ayudarme, fue en ese momento que me desvanecí otra
vez.
Desperté. Nuevamente estaba tirado en la calle, pero esta
vez era distinto, en mi bolsillo había una nota, esta decía “Quizás no estas
solo, solo debes buscar, muy pocos están escondidos, tirados en las calles, con
miedo a estar como vos, solos. Sos único, todos eran únicos, pero solo unos
pocos quedaron en la ciudad. Ya no tenés familia, ya no están acá. Vos pudiste
verme, debí matarte, pero ya te lo dije, sos único, y veo algo que dice que vas
a poder empezar solo. En otra ocasión voy a venir a buscarte, tenés tiempo.”
En ese momento me vi parado en la estación de Calzada, me
calmaba la idea de no estar solo, pero era distinto, ya no tenia familia, debía
armar una ciudad nueva con tan solo diecisiete años.
Por más que hoy sea una nueva Calzada, ya no es lo de antes,
perdió su hermosura. Algo extraño entro en ella, ese alto señor del tapado
volverá a buscarnos, pero cuando vuelva, no pasará lo mismo que en 2015.
NOmbraste la calle de mi casa :')
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