lunes, 17 de septiembre de 2012

El esta mirándome.

Todavía recuerdo aquel día. Hoy, ya pasaron once años de aquel escalofriante hecho, once años, de los cuales, nunca volví a pisar un bosque, once años de los cuales, nunca volví a ver a Francisco.
Eramos niños, niños que buscaban divertirse, pero nunca pensamos en este horrible final, nunca pensamos en un final.
Recuerdo que esa semana fue la semana en la que mas había disfrutado de Francisco, me había dado cuenta que el era el único mejor amigo que tenia, pero ya no importa, estoy decidido a contarles que paso realmente esa semana.
El lunes fue su cumpleaños, nunca voy a olvidarlo, ese lunes su casa tenía algo de especial, pero lo que nunca voy a olvidar, será su cara de felicidad al recibir el regalo que sus padres le tenían preparado. Una cámara filmadora, a el le encantaba filmarse y subir sus videos a Youtube, pero los hacia solamente con la Webcam de su notebook. Creo que ese fue el mejor regalo que pudo haber recibido ese día, estuvo con una sonrisa en su cara todo el resto día.
 Al día siguiente lo vi de nuevo en el colegio, no paraba de contarme las miles de ideas que tenía para hacer videos, tenia hasta ganas de hacer una película, era su principal proyecto. ¿A quien no se le paso la vaga idea de hacer una película una vez en su vida?, Bueno, lo de Francisco, no era una vaga idea, era un sueño que iría cumpliendo de a poco. Esa tarde fue a casa a jugar un rato a la play, nos veíamos constantemente, su casa no esta muy lejos de la mía, esa tarde me contó la idea principal de que iba la película que deseaba hacer, era como la historia de caperucita roja, pero mas futurística, me había dicho su titulo, pero con el tiempo lo olvide, en mi opinión era algo totalmente infantil, pero no tenia problema en apoyarlo a hacerla.
El miércoles no lo vi en todo el día, lo llame a su casa y luego de miles de intentos, me contesto, su voz se notaba un poco extraña, un poco bastante, le pregunte por que había faltado al colegio, si se sentía mal o algo, escuchaba su respiración, pero no contesto ninguna de mis preguntas, lo único que llego a decirme con su extraña voz fue “Delgado”, luego corto. Ese día fui a dormir pensando que le había pasado, pero por mas pensamiento que tenia, no iba a adivinarlo nunca.
El jueves fui a su casa después del colegio, comimos, jugamos un rato a la play, y luego hicimos la tarea, después me mostró un guión que hizo de su película, estaba bastante bien escrito, tanto que me gusto decirle que lo ayudaría con gusto. En un momento que hablábamos de la película, y su realización, le pregunte que le pasaba ayer, me dijo que nada, y me pregunto el por que de mi pregunta, le dije lo del teléfono, me dijo que capaz atendió dormido, pero que no recordaba el haberme atendido. No me importo, eso tenia sentido, así que seguimos hablando de cómo hacer su película.
El viernes empezamos a buscar gente para hacer “nuestra” película, la mayoría de las personas eran nuestros compañeros, ese mismo día empezamos a filmar un par de escenas en su casa, y en el barrio, quedaban geniales de escenarios. Mañana ya seria sábado, y pasado domingo.
Es muy triste terminar con mi historia acá, solamente quedan dos días, pero ahora me siento mejor, mas relajado, hasta que les cuente que paso el ultimo día en que estuvimos juntos, hasta que la adrenalina vuelva a mi, y el temor me lleve de nuevo hasta su cueva, mi cueva, en la que permanecí todos estos años.
No quiero irme por las ramas, así que terminare de contar que paso realmente con Francisco, aun que, hasta el día hoy, no sepa muy bien que paso con el.
Sábado, me cuesta tanto recordar, o quizás no quiero recordarlo. Aquel día, fuimos con nuestro “Equipo” y “Compañeros de set” al bosque del colegio, a filmar un par de escenas para la película, todo parecía salir bien, filmamos  a la tarde, y esperamos a que anochezca para hacer un par de escenas en la noche. Luego de eso, cada uno tomo su rumbo, nos veríamos mañana.
Esa noche, Francisco me llamo a casa, para avisarme que mañana filmaríamos solos, el y yo, su voz era rara, tal y como el miércoles que lo llame, pero sin dudas, era el, no podía negarme, no era casualidad que solo las escenas en las que yo aparecía se veían mal. EL quería llevarme a mi.
Todavía estoy a tiempo para decirles, que pueden dejar acá su lectura, y seguir normalmente sus vidas, quizás después de este ultimo día en mi historia, ustedes tampoco querrán pisar un bosque, por miedo a que EL se los lleve. Pero si hasta acá llegaron, y quieren seguir leyendo, les voy a contar de una vez por todas que paso con mi amigo.
Ese domingo a la mañana, fui a su casa, todo iba normal, como todos los días, a la tarde, luego de comer algo, fuimos al colegio a filmar las escenas que habían salido mal, recuerdo que había algo raro ese día, niebla, si, eso era, la niebla, pero según Francisco, eso haría más interesantes las escenas. Esperamos los dos juntos a que anochezca, para ya terminar con las escenas.
Esa noche, fue la ultima noche que disfrute con Francisco, filmamos las escenas, pero ahí estaba EL, detrás de Francisco.
Grite, grite con todas mis fuerzas, pero Francisco parecía no escucharme, parecía no prestarme atención. EL no tenia ojos, pero igual lo miraba, sus tentáculos lo abrazaban, y vi como Francisco desaparecía del mundo, vi como se lo llevaba. Pero Francisco no era su objetivo, EL me quería a mi, mire al piso, y cuando volví a mirar, ya no estaba, estaba solo en el bosque, solo con el hombre que se llevo a Francisco.
Corrí, corrí con todas mis fuerzas, sus brazos se extendían, pero no, no iba a dejarme agarrar, tenia que escapar, hasta que allá, a lo lejos se veía la salida de aquel infierno.
Once años, once años ya pasaron, y todavía no sé nada de Francisco, lo único que la policía pudo recuperar, fue la cámara. En la cámara, estaban los videos, se veían mal, apenas y se podía ver el traje del hombre delgado.
Esta noche mirare de nuevo por la ventana de mi departamento, hacia el bosque, EL siempre esta mirándome, esperando a que vuelva, todas las noches, se camufla entre los árboles, pero ahí esta, yo lo veo, aunque ya soy mayor, aun puedo verlo. Muy delgado y alto, con un traje elegante, y unos grandes tentáculos en su espalda, sin cara, solo es blanco, el no tiene ojos, pero todas las noches me mira, me mira, esperando a que vuelva a pisar un bosque, para sufrir el mismo destino desconocido que Francisco…

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